El suelo estaba mojado
y yo tenía mucha prisa
y caminaba apresurado
evitando el agua fría
Pero fui despreocupado,
en los charcos me fijaba
y así expuse a mi calzado
a lo marrón en la calzada.
Con viscosa textura
y desagradable sensación
la suela resbalaba
y se hundía en el mojón.
¡Qué falta de respeto!
¡Qué poca urbanidad!
Aquel lugar repleto
de los frutos de un ojal.
Y yo y mi cara de idiota
nos paramos a pensar
en pisar ahora la boca
del dueño del animal.
Tal vez una viejecita
paseaba a su puta rata
o quizás fue el terrorista
un niñato con bestia parda.
Pero fuera de quien fuera
el ojete excretor
lo que echaba por el ano
no dejaba buen olor.
¿Cómo, Dios bendito,
en tu infinita sabiduría
creaste al tierno animalito
que tal cosa cagaría?
Era vileza e ignominia,
atroz pandemonio marrón,
mi cordura sucumbía
restregando aquél horror.
Alimenta a tu mascota,
mímala y estrecha lazos
pero cuando haga sus cacotas
te las llevas, mamonazo.
Repet´s way
ResponderEliminar:(
ResponderEliminar