lunes, 15 de abril de 2013

Nazis, ETA, pegatinas... ¡EL HORROR!


Escandalizado me ando. Resulta que, al parecer y sí me puedo fiar de mis gobernantes (y me parecería antidemocrático no hacerlo ciegamente), el otro día un grupo de 20 perroflautas desarrapados ocuparon Varsovia, exterminaron a los judíos y bombardearon Londres. Luego pegaron unas pegatinas en el centro de Madrid y llamaron hijo de puta a un hijo de puta. ¿Hasta cuándo va a seguir esto así? ¿Es que no nos van a ayudar el resto de naciones?¿Dónde están los americanos cuando se les necesita?

Cospedal me ha tranquilizado un poco, ha asegurado que la violencia se vuelve contra los que la ejercen. Ojalá metan a toda esta chusma en una cámara de gas, o cuanto menos en un campo de concentración donde tengan que alimentarse de los callos de sus sucios pies hasta que sucumban consumidos por el hambre y la peste, para que prueben de su medicina. No podemos permitir este tipo de “totalitarismo”, palabra empleada varias veces por la lideresa, que Dios la bendiga por protegernos de esta plaga. ¿Y los tanques, dónde están cuándo los necesitas? Menos misiones humanitarias por el extranjero y un poco más de caña a los rojeras nazis estos de las pegatinas.

Aguirre nos informa, por otro lado, que además son gente muy cercana a ETA. Malditos nazis vascos, hasta aquí han llegado, a la calle Serrano de Madrid. Dónde vamos a parar. Por favor, queridos líderes demócratas, protegernos con la ayuda del Señor de todo el mal que nos acecha.

Ah, por cierto, me gustaría dirigirme ahora a los rojeras que opinan cómodamente en la tele y el internés: decir que hay desahucios es demagogia, y no se puede hablar así a la ligera diciendo cualquier tontería, eso puede crear alarma social. Es una irresponsabilidad decir cosas tan extremistas en los medios sin argumentar debidamente. Desahucios, dicen... qué barbaridad.

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