miércoles, 19 de octubre de 2011

Desencuentros en la 3ª fase

Resulta que he tenido un desencuentro en la 3ª fase. Bueno, según los expertos investigadores con los que he hablado no sólo he llegado a la 3ª fase, puede que hasta me enfrentara con el enemigo final, pero que no me funcionara bien el truco de salto y patada, no se, mis recuerdos están un poco confusos aún. He aquí lo sucedido:

El otro día caminaba yo por la serranía silvestre disfrutando de la cúpula nocturna, cuando unas luces tan brillantes como veloces surcaron todo el firmamento con giros y cambios de rumbo imposibles, para luego posarse sobre mí. Sentí que mi cuerpo quedaba rígido, inmóvil, como afectado por algún extraño poder, mi voluntad abandonó mi ser y lentamente fui perdiendo la noción del tiempo y de mi entorno. Cuando volví en mi, paralizado en una camilla envuelta de todo tipo de artilugios de tecnología extragalática, me vi rodeado de pequeños seres verdecillos de cabezas hinchadas y enormes ojos. Aquellas criaturas podrían sin duda ofrecerme las verdades ocultas del universo, los secretos de la vida y de la muerte y la razón de la existencia. Y fue entonces lo de la sonda anal y pensé vete a tomar por culo Iker Jiménez.

En el post-coito la cosa mejoró un poco, y conseguí comunicarme brevemente con mis secuestradores vía telepatía. Resulta que proceden de otro mundo, en otra galaxia. Llevan millones de años desarrollando su civilización, y están avanzadísimos en todos los aspectos. Me estuvieron contando que una vez resueltos todos los problemas médicos y conseguida la vida eterna; ahora que todos los miembros de su civilización gozan de plena consciencia intelectual y han aprendido a vivir en paz absoluta quedando todos los dilemas éticos resueltos; conocidos ya todos los mecanismos y leyes por los que se rige el universo físico y habiendo alcanzado tal nivel científico y tecnológico que pueden desplazarse a velocidades superlumínicas; llegados a este punto, sus dirigentes, la puta élite del cosmos, semejantes a un dios a nuestros ojos, se reunieron un martes a la hora de la merienda y dijeron “¿Por qué no vamos a ver que tienen en el culo los humanos de poblaciones rurales?” Dicho y hecho. Después, eso sí, de poner todas esas lucecitas tan chulas a sus naves, para impresionar más.

Nos visitan, al parecer, desde hace miles de años. Por aquél entonces teníamos muy pocas pirámides en el planeta Tierra, ninguna de hecho, y eso les tenía preocupados. Sabían que sin un número suficiente de pirámides nos veríamos expuestos al fin de nuestra especie, así que invirtieron un sin fin de recursos en recorrer el universo para enseñarnos a apilar piedras de una forma menos aleatoria de como veníamos haciéndolo, algo como más formal. Además de las pirámides nos pusieron unas cabezas de piedra chulísimas en una isla perdida en mitad del océano, los indígenas de allí habrían usado las piedras de cualquier manera, echándolas a perder. También tuvieron que venir a poner orden en el disparate aquél del stonehenge, esos malditos humanos querían usar las piedras con fines mucho menos verticales.

Pero cuando más turismo ha habido ha sido durante estas últimas décadas, sin duda alguna. Han estado ocupadísimos, sonda aquí, sonda allá. También nos han enseñado a hacer círculos en los campos de trigo, de modo que se aprovecha mucho mejor el espacio que queda dentro de la circunferencia, antes impracticable con tanto trigo. Podríamos, por ejemplo, poner unas piedras ahí en el centro, así, hacia arriba.

En otra ocasión además aprovecharon el viaje para advertirnos de nuestra inminente destrucción causada por la energía nuclear, ya que les preocupaba que estuviésemos jugando con las temibles fuerzas de la naturaleza sin comprenderlas. Trazaron un sofisticado plan de salvación que consistía en poner unas piedras muy gordas en algún sitio inaccesible, y le revelaron su voluntad a un señor de un pueblo de Cuenca. Hicieron lo de las luces y todo, le metieron cosas por el culo y le contaron todo con pelos y señales, pero una vez liberado nuestros gobiernos no le hicieron ni puto caso, para una vez que daban con uno que no les confundía con la virgen María (no me he leído la biblia, ¿tenía la madre de Cristo una nave espacial con lucecitas?). Claro que no le hicieron caso, porque resulta que los gobiernos están aliados con los extraterrestres, y por eso no quieren revelar su existencia. No... esto no puede ser, si fuera así los extraterrestres les habrían dicho lo del Apocalipsis nuclear directamente a ellos... bueno de esta parte no me enteré bien porque ya era muy tarde y ese día había madrugado. Pero es algo de intereses ocultos y poderes en la sombra, y el que no se lo crea es un ingenuo o está en el ajo.

En fin, que me ando escandalizado con esta experiencia. Ahora cada vez que levanto la vista hacia los insondables confines del universo, cada vez que contemplo la inmensidad del cosmos y siento lo diminutos y vulnerables que somos aquí, confinados en esta pidrecita azul, no puedo evitar apretar el culo y ponerme a recoger piedras. Por no hablar de lo que llevo gastado en puré de patatas, joder es que no me sale la puta montañita.

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